Personajes

Seño Maritza se despide tras 40 años de dedicación a la educación

Después de 40 años de servicio como docente, la querida Seño Maritza cierra un capítulo lleno de aprendizaje, esfuerzo y amor por la enseñanza.

Con una emotiva despedida en la Escuela Víctor Chavarría, compañeros, alumnos y exalumnos le rindieron un homenaje por su entrega y compromiso con la educación.

Una vida dedicada a formar generaciones

Desde sus inicios en el Colegio Cobán, Maritza Heinemann descubrió su pasión por enseñar. Sin embargo, su mayor huella la dejó en la Escuela Víctor Chavarría, donde trabajó 27 años. Al llegar, se encontró con un ambiente diferente, pero supo adaptarse y transformar la experiencia educativa de sus alumnos.

Uno de sus logros más destacados fue cuando, a pesar de recibir un grupo de estudiantes considerados «difíciles», los preparó y llevó a la Olimpiada de Ciencias y Matemáticas, logrando una participación destacada. «Los niños nunca habían ido a una olimpiada. Fue un momento inolvidable para ellos y para mí», recordó con orgullo.

Innovación y compromiso en la enseñanza

La Seño Maritza también fue parte de un intercambio educativo con Japón, donde adquirió conocimientos sobre festivales de experimentos científicos. Gracias a esta iniciativa, la escuela implementó durante ocho años estas actividades, permitiendo a los estudiantes aprender de manera dinámica e innovadora.

«Nos enseñaron a hacer festivales de experimentos, y durante 15 días atendíamos a personas en la Gobernación para mostrar lo que los niños aprendían», comentó.

Además, siempre tuvo un enfoque inclusivo con sus estudiantes, muchos de los cuales venían de aldeas y tenían un acceso limitado a herramientas tecnológicas. «Aquí han aprendido mucho y siempre los hemos hecho sentir en casa», destacó.

Un legado que perdura

Al despedirse, la Seño Maritza dejó un mensaje inspirador para las nuevas generaciones de docentes:

«No soltemos a nuestros niños, sigamos enseñándoles valores, corrigiéndolos y motivándolos. No tengamos miedo de marcar límites, porque estamos formando a quienes van a mejorar el país».

Su partida deja una huella imborrable en la Escuela Víctor Chavarría y en el corazón de cientos de estudiantes que pasaron por sus aulas. Aunque hoy se retira, su legado educativo continuará vivo en cada uno de ellos.

Entre aplausos y abrazos, la comunidad escolar le dijo «hasta pronto» a la Seño Maritza, una maestra ejemplar que dedicó su vida a la educación. Ahora inicia una nueva aventura, pero con la satisfacción de haber cumplido su misión.

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